Historia de la refrigeración: de la nieve al futuro sostenible
En Abel Vilalta S.L. sentimos verdadera pasión por la refrigeración industrial y comercial. Más allá de ser nuestra especialidad, es una disciplina que ha evolucionado a lo largo de los siglos gracias a la innovación, la curiosidad científica y el compromiso con el bienestar de las personas.

A través de este artículo queremos ofrecer una mirada didáctica sobre la historia de la refrigeración: desde sus orígenes más rudimentarios hasta los sistemas sostenibles actuales. Porque conocer el pasado de nuestro sector es también una forma de construir su futuro.

LOS ORÍGENES: CONSERVAR CON NIEVE Y HIELO

Aunque hoy asociamos la refrigeración a electrodomésticos o sistemas industriales, las primeras formas de conservar el frío datan de la Antigüedad. Egipcios, griegos y romanos ya utilizaban cuevas y pozos naturales para almacenar nieve y hielo durante los meses fríos, permitiendo conservar alimentos o disfrutar de bebidas frescas en estaciones cálidas.

Estas “neveras naturales” se construían en lugares sombríos y frescos, y se aislaban con paja y serrín. La nieve se prensaba para alargar su conservación y su transporte requería una logística sorprendente: recolectores, vigilantes y transportistas trabajaban de noche o en las horas más frías para evitar que el hielo se derritiese.



PRIMEROS MÉTODOS QUÍMICOS Y FÍSICOS

A partir del siglo XVI, comenzaron a estudiarse formas artificiales de generar frío. El médico Blas Villafranca, por ejemplo, ya enfriaba bebidas en Roma con mezclas refrigerantes. En los siglos XVII y XVIII, científicos como Robert Boyle, Philippe Laire o Daniel Fahrenheit desarrollaron técnicas experimentales, como la congelación del mercurio o la medición precisa de temperaturas extremas.

También se popularizaron métodos químicos basados en reacciones endotérmicas. La combinación de hielo y sal, o mezclas con nitratos, permitía bajar la temperatura hasta -16 °C. En 1843, la inventora Nancy Johnson patentó la primera heladera doméstica de manivela, que usaba hielo y sal para elaborar helado.

LA LLEGADA DEL FRÍO ARTIFICIAL

La gran revolución llegó con los primeros sistemas de refrigeración artificial. En 1748, el médico y químico William Cullen consiguió producir hielo mediante la evaporación de éter etílico. Más tarde, Michael Faraday experimentó con gases como el CO₂, que aún se usa hoy (R744).

Durante el siglo XIX se patentaron los primeros sistemas de refrigeración por compresión y absorción. John Gorrie, en 1842, desarrolló un prototipo para enfriar habitaciones hospitalarias, y en 1851 patentó una máquina de hacer hielo. Por su parte, Ferdinand Carré ideó una máquina de absorción que funcionaba sin electricidad, usando vapor para regenerar el refrigerante (amoniaco).



EL AVANCE DE LA REFRIGERACIÓN MECÁNICA

En paralelo, la tecnología por compresión mecánica avanzó con rapidez. En 1834, Jacob Perkins patentó la primera máquina de hielo, usando éter etílico. Poco después, el francés Charles Tellier diseñó una máquina frigorífica industrial con amoniaco, utilizada con éxito en la fábrica de chocolate Menier en París.

Pero fue Carl von Linde, en 1875, quien impulsó decisivamente esta tecnología. Primero con alcohol metílico y después con amoniaco, sus sistemas se expandieron rápidamente: en pocas décadas, el 75 % de los fabricantes de hielo en EE.UU. utilizaban sus máquinas.

EL FRIGORÍFICO LLEGA A CASA

A principios del siglo XX, la refrigeración dio el salto al ámbito doméstico. El primer frigorífico se atribuye a Marcel Audiffren y se comercializó en EE.UU. por General Electric. Poco después, Fred W. Wolf lanzó un modelo de alto coste, mientras que empresas como Frigidaire y Kelvinator introdujeron mejoras como el termostato.

No obstante, los primerossistemas usaban gases tóxicos o inflamables como el dióxido de azufre, formiato de metilo o amoníaco. Todo cambió en 1931, cuando DuPont introdujo los CFC o “freones”, mucho más seguros. Esto permitió la fabricación masiva de frigoríficos domésticos accesibles para las familias medias.

En España, el primer frigorífico doméstico apareció en 1952. Su coste era elevado: en 1962 uno podía costar 11.000 pesetas, cuando el sueldo medio rondaba las 3.000. Aun así, la refrigeración se convirtió poco a poco en un elemento indispensable en hogares, comercios e industrias.



EL RETO MEDIOAMBIENTAL Y EL FUTURO DE LA REFRIGERACIÓN

Pese a su utilidad, los CFC resultaron perjudiciales para el medioambiente: contribuían al deterioro de la capa de ozono y al efecto invernadero. Por eso, se firmaron tratados internacionales como el Protocolo de Montreal (1987), el Protocolo de Kioto (1997) y el Acuerdo de París (2015) para limitar y eliminar su uso.

A nivel europeo, la normativa F-Gas impulsa la eliminación progresiva de gases fluorados. La industria, por su parte, está respondiendo con soluciones basadas en refrigerantes naturales como el CO₂ (R744), el propano (R290) o el butano (R600a), y con sistemas más eficientes que reducen el uso de gas.

Desde nuestros inicios, en Abel Vilalta S.L. hemos sido testigos y protagonistas del avance tecnológico del sector en una época ya contemporanea pero indudablemente con muchos cambios. Hoy, seguimos apostando por la innovación, la sostenibilidad y el compromiso con nuestros clientes y con el planeta.

Conocer la historia de la refrigeración nos permite valorar lo que tenemos, entender cómo hemos llegado hasta aquí y proyectar el futuro con responsabilidad. Porque, para nosotros, la refrigeración no es solo una técnica: es una vocación.

 
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