
La refrigeración es una pieza clave en nuestra vida cotidiana y en la actividad económica. Desde la conservación de alimentos y bebidas hasta la producción farmacéutica o química, los sistemas de frío garantizan seguridad, calidad y continuidad en miles de procesos.
En este artículo resumimos las principales soluciones que existen en el mercado, diferenciando entre refrigeración comercial e industrial, repasando sus aplicaciones más destacadas e incorporando algunos aspectos técnicos de interés.
REFRIGERACIÓN COMERCIAL: SEGURIDAD Y CONSERVACIÓN
La refrigeración comercial está presente en supermercados, tiendas de alimentación, farmacias, restaurantes y hoteles. Su función es clara: conservar los productos en condiciones óptimas para el consumo y garantizar la seguridad alimentaria.
Algunos de los equipos más habituales son:
· Cámaras de frío compactas: de pequeñas dimensiones, idóneas para bebidas, productos frescos de consumo diario o medicamentos.
· Cámaras semi compactas y conjuntos frigoríficos: sistemas prefabricados que se instalan parcialmente in situ, capaces de ofrecer mayor capacidad y estabilidad térmica.
· Salas de trabajo y obradores: acondicionados a unos 16 ºC, permiten manipular alimentos minimizando riesgos microbiológicos.
· Equipos para bodegas: diseñados para mantener vinos y otras bebidas a temperatura constante y con mínima vibración, en ocasiones con tecnologías como células Peltier.
· Cámaras de secado: regulan la humedad relativa mediante evaporadores y condensadores, indispensables en procesos de curado de embutidos o quesos.
Este tipo de instalaciones suelen estar clasificadas como Nivel 1 según el Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas, ya que la potencia eléctrica instalada en compresores no supera los 30 kW.
REFRIGERACIÓN INDUSTRIAL: EL MOTOR DE LA PRODUCCIÓN
La refrigeración industrial se aplica a procesos productivos y de almacenaje a gran escala. Es fundamental en sectores como el alimentario, farmacéutico, químico, automoción, logística o centros de datos.
Entre los equipos más comunes destacan:
· Almacenes frigoríficos: instalaciones de gran volumen que utilizan equipos compactos o partidos según las condiciones de ventilación y evacuación de calor.
· Salas de producción: diseñadas para mantener temperaturas de entre 12 y 16 ºC, garantizando que los trabajadores puedan manipular productos (ej. despiece cárnico o elaboración de embutidos) sin comprometer la calidad.
· Centrales térmicas y tricenales de refrigeración: permiten refrigerar distintos recintos con un único sistema centralizado, ajustando temperaturas según la necesidad. Incorporan con frecuencia tecnología Inverter y recuperación de calor, lo que mejora la eficiencia energética.
Este tipo de instalaciones suelen clasificarse como Nivel 2, ya que superan los 30 kW de potencia eléctrica instalada en compresores o los 100 kW en total. Además, muchas utilizan refrigerantes de media y baja seguridad (L2 y L3), lo que exige profesionales altamente cualificados.

SISTEMAS COMUNES: EVAPORADORES Y CONDENSADORES
Además de las soluciones específicas, existen componentes comunes tanto en refrigeración comercial como en la industrial:
· Unidades evaporadoras: captan el calor del recinto, enfriando el aire al forzar la ebullición del refrigerante. Según la aplicación, pueden ser de plafón, cúbicos industriales, murales o incluso túneles de ultracongelación (trabajando a temperaturas inferiores a -45 ºC).
· Unidades condensadoras: evacuan el calor absorbido hacia el ambiente exterior. Su rendimiento depende en gran medida de la calidad y temperatura del aire de entrada, motivo por el cual en climas cálidos se recomienda la refrigeración adiabática para reducir el consumo eléctrico.
TECNOLOGÍA Y SOSTENIBILIDAD AL SERVICIO DEL FRÍO
Hoy en día, tanto la refrigeración comercial como la industrial incorporan tecnologías avanzadas que garantizan eficiencia energética, precisión en la temperatura y sostenibilidad.
Sistemas con control remoto, monitorización en tiempo real, refrigeración con agua glicolada o incluso refrigerantes naturales permiten reducir consumos y emisiones sin comprometer el rendimiento. Todo ello convierte a la refrigeración en un aliado estratégico para cumplir con los objetivos de eficiencia energética y responsabilidad medioambiental.
ABEL VILALTA S.L, EL SOCIO QUE TU EMPRESA NECESITA
La refrigeración es un sector esencial para la economía y la vida diaria. Tanto si hablamos de un pequeño comercio como de una gran industria, elegir el sistema adecuado es clave para garantizar calidad, seguridad y eficiencia.
En Abel Vilalta S.L. contamos con más de 25 años de experiencia ofreciendo soluciones de frío industrial y comercial a medida. Nuestro equipo de expertos diseña, instala y mantiene proyectos adaptados a cada cliente, siempre con la máxima eficiencia y fiabilidad.
¿Buscas un socio de confianza para tu instalación de refrigeración? Contacta con nosotros y descubre cómo podemos ayudarte.
En este artículo resumimos las principales soluciones que existen en el mercado, diferenciando entre refrigeración comercial e industrial, repasando sus aplicaciones más destacadas e incorporando algunos aspectos técnicos de interés.
REFRIGERACIÓN COMERCIAL: SEGURIDAD Y CONSERVACIÓN
La refrigeración comercial está presente en supermercados, tiendas de alimentación, farmacias, restaurantes y hoteles. Su función es clara: conservar los productos en condiciones óptimas para el consumo y garantizar la seguridad alimentaria.
Algunos de los equipos más habituales son:
· Cámaras de frío compactas: de pequeñas dimensiones, idóneas para bebidas, productos frescos de consumo diario o medicamentos.
· Cámaras semi compactas y conjuntos frigoríficos: sistemas prefabricados que se instalan parcialmente in situ, capaces de ofrecer mayor capacidad y estabilidad térmica.
· Salas de trabajo y obradores: acondicionados a unos 16 ºC, permiten manipular alimentos minimizando riesgos microbiológicos.
· Equipos para bodegas: diseñados para mantener vinos y otras bebidas a temperatura constante y con mínima vibración, en ocasiones con tecnologías como células Peltier.
· Cámaras de secado: regulan la humedad relativa mediante evaporadores y condensadores, indispensables en procesos de curado de embutidos o quesos.
Este tipo de instalaciones suelen estar clasificadas como Nivel 1 según el Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas, ya que la potencia eléctrica instalada en compresores no supera los 30 kW.
REFRIGERACIÓN INDUSTRIAL: EL MOTOR DE LA PRODUCCIÓN
La refrigeración industrial se aplica a procesos productivos y de almacenaje a gran escala. Es fundamental en sectores como el alimentario, farmacéutico, químico, automoción, logística o centros de datos.
Entre los equipos más comunes destacan:
· Almacenes frigoríficos: instalaciones de gran volumen que utilizan equipos compactos o partidos según las condiciones de ventilación y evacuación de calor.
· Salas de producción: diseñadas para mantener temperaturas de entre 12 y 16 ºC, garantizando que los trabajadores puedan manipular productos (ej. despiece cárnico o elaboración de embutidos) sin comprometer la calidad.
· Centrales térmicas y tricenales de refrigeración: permiten refrigerar distintos recintos con un único sistema centralizado, ajustando temperaturas según la necesidad. Incorporan con frecuencia tecnología Inverter y recuperación de calor, lo que mejora la eficiencia energética.
Este tipo de instalaciones suelen clasificarse como Nivel 2, ya que superan los 30 kW de potencia eléctrica instalada en compresores o los 100 kW en total. Además, muchas utilizan refrigerantes de media y baja seguridad (L2 y L3), lo que exige profesionales altamente cualificados.

SISTEMAS COMUNES: EVAPORADORES Y CONDENSADORES
Además de las soluciones específicas, existen componentes comunes tanto en refrigeración comercial como en la industrial:
· Unidades evaporadoras: captan el calor del recinto, enfriando el aire al forzar la ebullición del refrigerante. Según la aplicación, pueden ser de plafón, cúbicos industriales, murales o incluso túneles de ultracongelación (trabajando a temperaturas inferiores a -45 ºC).
· Unidades condensadoras: evacuan el calor absorbido hacia el ambiente exterior. Su rendimiento depende en gran medida de la calidad y temperatura del aire de entrada, motivo por el cual en climas cálidos se recomienda la refrigeración adiabática para reducir el consumo eléctrico.
TECNOLOGÍA Y SOSTENIBILIDAD AL SERVICIO DEL FRÍO
Hoy en día, tanto la refrigeración comercial como la industrial incorporan tecnologías avanzadas que garantizan eficiencia energética, precisión en la temperatura y sostenibilidad.
Sistemas con control remoto, monitorización en tiempo real, refrigeración con agua glicolada o incluso refrigerantes naturales permiten reducir consumos y emisiones sin comprometer el rendimiento. Todo ello convierte a la refrigeración en un aliado estratégico para cumplir con los objetivos de eficiencia energética y responsabilidad medioambiental.
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La refrigeración es un sector esencial para la economía y la vida diaria. Tanto si hablamos de un pequeño comercio como de una gran industria, elegir el sistema adecuado es clave para garantizar calidad, seguridad y eficiencia.
En Abel Vilalta S.L. contamos con más de 25 años de experiencia ofreciendo soluciones de frío industrial y comercial a medida. Nuestro equipo de expertos diseña, instala y mantiene proyectos adaptados a cada cliente, siempre con la máxima eficiencia y fiabilidad.
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